Capitulo 3
“Me llamo Luke"
-Me llamo Luke- dijo sonriendo.
Su nombre quedo retumbando en mi cabeza como un eco. Así que Luke era el nombre de mi primer sociabilización en la escuela.
Sonó el timbre antes de que me diera cuenta que de nuevo había quedado pensativa, -Nota mental: tratar el problema de quedarme pensando.-
Lo despedí con un tímido –Adiós Luke, nos vemos.-, pero me interrumpió con un -¿En que curso estás?-. –Segundo año C- le dije sin pensarlo.
-¿Segundo C?- dijo sorprendido. –Segundo C es mi curso- siguió.
-¿Enserio?- respondí con la tranquilidad de estar con alguien que “conocía”. –Podrás entonces presentarme compañeros- seguí con confianza.
- Jajá, ¿eso quisieras no?.- me dijo riendo. –Pero yo soy nuevo este año, no conozco a nadie excepto a vos.- dijo con vos tranquilizadora.
- ¿Cómo?!- dije asustada.-Bien, en realidad es mejor, no quería ser la única nueva- le dije.
- No me digas que tenías miedo de venir- dijo sorprendido.
- Bueno, en realidad... Jeje- dije con muchísima vergüenza.
- Já!, no te hagas drama, yo estoy igual- dijo.
- ¿Enserio?!, ay!, no sabes la tranquilidad que me da saberlo- respondí.
- Bueno, bueno; si seguimos hablando de nuestros miedos y coincidencias vamos a llegar tarde el primer día, vallamos mejor ¿no?.- Me dijo tranquilizándome como siempre. ¿Puede ser posible que siempre tengas las palabras justas para tranquilizarme?.
- Sí, sí. ¡Vallamos!- y así fue.
Cuando llegamos al aula, algo me preocupó. Todas mis nuevas compañeras eran tan hermosas. Todas con cabello rubio, ojos claros y cuerpito de modelo. No sé que me preocupara más, que mi belleza fuera toda la contraria a la de ellas, o que Luke se fijara en ellas.
Yo media aproximadamente 1,60, mi cabello era tan oscuro que no se podía distinguir en la oscuridad, era lacio y tenía un corte echo por mis propias manos. Mi cuerpo no era exactamente el mejor. Mis piernas eran dos palos de escoba, además pálidas. Mi cara no tenía rasgos muy fuertes, excepto por mi boca que era tan chiquita, la odiaba.
Pero bueno, no era hora de preocuparse por esas cosas, tenía que hacer amistades sin importar que ellas fueran mejores. Además quizás ni lo eran.
Cuando entramos al salón, la profesora nos presentó:
- Chicos, denle la bienvenida a sus dos nuevos compañeros de este año.- Dijo la profesora con una sonrisa de oreja a oreja, aunque debo admitir que su sonrisa no era la mejor.
- Ella es Julieta Williams- dijo señalándome. –Saluda Juli- dijo sin parar de señalarme y con una sonrisa falsa.
La miré con cara de decirle -¿señora no le enseñaron que señalar es mala educación?-. Pero me guarde las palabras, no podía quedar mal el primer día.
- Hola, soy Julieta y vengo de California, soy nueva aquí en San Francisco.- dije con vergüenza.
. Hola Julieta- respondió todo el grado en coro.
- Bueno chicos, ahora saluden a su otro nuevo compañero, el es Luke Phillips- dijo de nuevo señalando la profesora.
- Hola chicos, yo soy Luke y vengo de Tenessee, también soy nuevo en la ciudad- dijo Luke muy simpático y seguro de si mismo.
Por suerte lo peor había terminado, o eso creía yo.
“Me llamo Luke"
-Me llamo Luke- dijo sonriendo.
Su nombre quedo retumbando en mi cabeza como un eco. Así que Luke era el nombre de mi primer sociabilización en la escuela.
Sonó el timbre antes de que me diera cuenta que de nuevo había quedado pensativa, -Nota mental: tratar el problema de quedarme pensando.-
Lo despedí con un tímido –Adiós Luke, nos vemos.-, pero me interrumpió con un -¿En que curso estás?-. –Segundo año C- le dije sin pensarlo.
-¿Segundo C?- dijo sorprendido. –Segundo C es mi curso- siguió.
-¿Enserio?- respondí con la tranquilidad de estar con alguien que “conocía”. –Podrás entonces presentarme compañeros- seguí con confianza.
- Jajá, ¿eso quisieras no?.- me dijo riendo. –Pero yo soy nuevo este año, no conozco a nadie excepto a vos.- dijo con vos tranquilizadora.
- ¿Cómo?!- dije asustada.-Bien, en realidad es mejor, no quería ser la única nueva- le dije.
- No me digas que tenías miedo de venir- dijo sorprendido.
- Bueno, en realidad... Jeje- dije con muchísima vergüenza.
- Já!, no te hagas drama, yo estoy igual- dijo.
- ¿Enserio?!, ay!, no sabes la tranquilidad que me da saberlo- respondí.
- Bueno, bueno; si seguimos hablando de nuestros miedos y coincidencias vamos a llegar tarde el primer día, vallamos mejor ¿no?.- Me dijo tranquilizándome como siempre. ¿Puede ser posible que siempre tengas las palabras justas para tranquilizarme?.
- Sí, sí. ¡Vallamos!- y así fue.
Cuando llegamos al aula, algo me preocupó. Todas mis nuevas compañeras eran tan hermosas. Todas con cabello rubio, ojos claros y cuerpito de modelo. No sé que me preocupara más, que mi belleza fuera toda la contraria a la de ellas, o que Luke se fijara en ellas.
Yo media aproximadamente 1,60, mi cabello era tan oscuro que no se podía distinguir en la oscuridad, era lacio y tenía un corte echo por mis propias manos. Mi cuerpo no era exactamente el mejor. Mis piernas eran dos palos de escoba, además pálidas. Mi cara no tenía rasgos muy fuertes, excepto por mi boca que era tan chiquita, la odiaba.
Pero bueno, no era hora de preocuparse por esas cosas, tenía que hacer amistades sin importar que ellas fueran mejores. Además quizás ni lo eran.
Cuando entramos al salón, la profesora nos presentó:
- Chicos, denle la bienvenida a sus dos nuevos compañeros de este año.- Dijo la profesora con una sonrisa de oreja a oreja, aunque debo admitir que su sonrisa no era la mejor.
- Ella es Julieta Williams- dijo señalándome. –Saluda Juli- dijo sin parar de señalarme y con una sonrisa falsa.
La miré con cara de decirle -¿señora no le enseñaron que señalar es mala educación?-. Pero me guarde las palabras, no podía quedar mal el primer día.
- Hola, soy Julieta y vengo de California, soy nueva aquí en San Francisco.- dije con vergüenza.
. Hola Julieta- respondió todo el grado en coro.
- Bueno chicos, ahora saluden a su otro nuevo compañero, el es Luke Phillips- dijo de nuevo señalando la profesora.
- Hola chicos, yo soy Luke y vengo de Tenessee, también soy nuevo en la ciudad- dijo Luke muy simpático y seguro de si mismo.
Por suerte lo peor había terminado, o eso creía yo.